
Gestionar nuestras propias emociones no es tarea fácil. Es algo que no se enseña en el colegio o en el instituto. Nuestros padres tampoco han sabido enseñarnos, es más, les ha faltado también a ellos, lo que finalmente, acaba perjudicando a todos.
Si a esto le sumamos los cambios de la sociedad en la que vivimos, la dificultad para poder gestionar las emociones se hace cuesta arriba.
La mala gestión de emociones o la inmadurez emocional (no es sinónimo de la edad numérica) no tiene que ver solo con uno mismo. Afecta igual o más a las relaciones. Así es como algunas personas acaban siendo demasiado tolerantes y sumisas o, por el contrario, no aceptan nada y se molestan por cualquier detalle.
Dependencia emocional en relaciones de pareja
En los últimos años, los psicólogos observamos en consulta muchos cambios a nivel de pareja: dificultad de comunicación, discusiones frecuentes, separaciones o simplemente muchas dificultades en la relación.
El mayor problema interviene cuando la relación de pareja ha acabado o está a punto de acabarse y se empieza a experimentar la aparición de la ansiedad y la dependencia hacia esta persona, esto es lo que técnicamente llamamos dependencia emocional.
Pero esta dependencia emocional se puede manifestar incluso cuando no hay señales de separación. La primera pregunta que aparece en la mente de todo el mundo es: “¿cómo saber si tengo dependencia emocional?”
Significado de la dependencia emocional
La dependencia emocional es el vinculo fuerte que se tiene con la otra persona, generalmente se establece en la pareja, pero también se puede ver dentro del seno familiar (con padres y hermanos) o incluso con amigos, aunque claramente se suele dar más con la pareja.
La dependencia emocional se caracteriza por experimentar mucha necesidad hacia otra persona, temor de perderlo, malestar y sufrimiento cuando no está o cuando hay indicios de que que algo no va bien.
¿Qué provoca la dependencia emocional?
Si tuviéramos que agrupar varias características de las personas que manifiestan dependencia emocional, estos serian algunos indicadores:
- Sensación fuerte de vacío
- Pensamientos obsesivos sobre la otra persona
- Sufrimiento
- Desconfianza
- Miedo a la soledad
La persona que manifiesta dependencia hacia la pareja suele ser una persona con baja autoestima (no digo que no la tenga) desconfiada, a veces sumisa, que presenta dificultades para gestionar sus emociones y con necesidad constante de aprobación por parte de la pareja y de sentirse acompañada.
En otras palabras: una persona con dificultades en la gestión de emociones.
Cuando la persona manifiesta esta dependencia emocional está claro que le toca hacer un trabajo individual. Esta dependencia y este apego emocional viene de más lejos y tiene que ver con las relaciones afectivas desarrolladas en la infancia.
Nuestras parejas activan unas heridas ya existentes dentro de nosotros justamente porque dentro de cada uno existe un niño interior. El niño interior de algunas personas se muestra juguetón, receptivo, abierto, flexible, pero en la mayoría de los casos el niño interior actúa con miedo, desconfianza y sumisión cuando se ve amenazado, enfadado o molesto.
Justamente este niño interior desarrollo este apego o dependencia emocional dentro del seno familiar y ahora todo lo que no está resuelto se presenta en la etapa de adulto.
En realidad, es difícil satisfacer las necesidades de la otra persona, sobre todo cuando se presentan traumas o problemas no resueltos. Cuando una persona siente miedo a perder a sus seres queridos, rabia por no ser vista o escuchada o siente que no es querida como se merece, arrastra este dolor toda la vida y lo proyecta en la relación de pareja.
Cómo superar la dependencia emocional

Para que esto círculo vicioso se rompa es necesario superar la dependencia emocional. Para ello es imprescindible:
- Hacer un trabajo de manejo de las emociones y reforzar la autoestima. Una persona puede considerar que tiene autoestima alta, pero en realidad muchas veces hay un entendimiento erróneo de la autoestima. Una persona con alta autoestima o incluso con miedo a estar sola, no desarrolla tanta dependencia emocional. Cuando esto ocurre está claro que hay una afectación.
- Trabajar con el niño interior. Este niño ha sentido que no ha recibido amor de pequeño (aunque se lo hayan dado) que no ha sido protegido, escuchado, valorado, aceptado, aprobado y que ha recibido más criticas que halagos.
- Aprender a poner límites. Para llegar a este paso hay que trabajar los pasos anteriores (el niño interior y la autoestima).
- Poner límites y ser asertivo es clave para superar una dependencia emocional. En el momento en el cual salen estos miedos a perder a la persona o incluso estos pensamientos recurrentes cuando ya no se vive en pareja, hay que poner límites mentales y físicos y comprometerse con uno mismo para estar en la dinámica saludable.
- Acudir a terapia, al ser posible una terapia que trabaje también la mente inconsciente, no solo la mente consciente. Es el inconsciente el que guarda estos patrones de la infancia y el que nos ofrece estos pensamientos recurrentes tan difíciles de suprimir.
Así que un abordaje terapéutico que contemple esta parte es primordial. - Salir a dar paseos y a observar todo lo que hay alrededor. El piloto automático es peligroso cuando uno no se encuentra bien. Para trabajar este miedo a la soledad y para hacer una buena gestión emocional hay que salir de casa.
- Leer libros que mantengan la mente ocupada: novelas, libros de suspense, libros de desarrollo personal, etc.
Y por último, pero igual de importante: recuerda pedir ayuda si sientes que no puedes salir de esta bache. Cuanto más te mantengas abajo, más costará salir.
Psicóloga y especialista en hipnosis ericksoniana. Graduada en psicología por la Universidad de Barcelona (Col.Núm: 23224) y directora del Instituto Milton Erickson de Reus. Soy la Directora del centro de terapias Daniela Constantin, ofrezco terapias presenciales y online. Me comprometo a ofrecerte calidad, profesionalidad y transparencia.